quisiera hacerme pequeñita pequeñita

para jugar un rato en su cuello,
y caminar hasta su boca,
y recorrerla con cuidado
para no caer dentro de ella,
y respirar todo su aliento,
y saltar hasta sus ojos,
oscuros como la noche,
y descubrir en ellos mi reflejo
y todos los secretos que esconde,
y deslizarme por sus cejas hasta su oído,
y cantarle la canción más hermosa
que alguna vez escuchó,
y decirle cuanto lo quiero
y suplicarle que me quiera también,
y regresar a su cuello
y quedarme a vivir en él
para siempre...

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